Alfredo Manzano

Hace ya casi 81 años, Don Antonio Machado partía de este mundo y en el cruce de caminos me dijo.  españolito que quieres nacer y a nacer empiezas te guarde Dios, una de las dos españas te romperá el corazón.
 ¡Don Antonio!  Me entristece su dolor, y de nacer me estoy arrepintiendo yo.  
Y, arrepentido y hastiado de este país nací, porque sepultan la grandeza de los espíritus nobles, realizadores de grandes gestas; grandes vasallos si hubieran tenido buen señor. La otra españa es insufrible, premian a los traidores y les levantan monumentos… ¡Que dolor, convivir con tanto perverso, mal nacido, desagradecido y traidor! ¿No han aprendido con las derrotas que han sufrido, y en la que todos tanto hemos perdido? Llenos de odio y odiosos, ávidos a derramar sangre🩸¿Quieren enfrentarnos otra vez y provocar la tercera, o la cuarta…, yo qué sé cuántas guerras civiles?
¿¡No aprendemos!? … Los unos a perder y a hacer perder valores y dignidad a todos, y los otros…, ¿no terminan de aprenden a ganar, y castigar como el francés o el inglés al traidor? ¿No aprendemos de ellos, hijos de la antigua Roma, a no pagar ni consentir con el traidor? 
Los franceses no pagan traidores, con esta premisa fusilaron a los oligarcas vascos que le entregaron las Vascongadas. 
España no sólo no castiga a los traidores, sino que los rescata de los franceses; vascos y catalanes, a los que previamente se habían entregado con sus respectivos territorios.
Se pagó un alto precio por el rescate, cediendo la Isla la Española al final dividida entre Haiti y la República Dominicana, que se liberó de los franceses. 
Prueba actual de ello es que en una se habla francés y en la otra español.
 Esta es la España condescendiente, Don Antonio, llena en los mejores casos de estúpidos quijotes; y en los peores de perversos e insufribles traidores. 
Hablo con dolor de España, como Usted; Don Antonio, porque soy español, si fuera igles alabaría a Inglaterra, y si odiaría a Prusi sería francés.
Me dan asco los traidores y perversos de los que está saturado este país, y me avergüenzo de los españoles, simplones y condescendientes con los traidores. 
En Francia tienen vascones y catalanes con territorios más extensos que en España y no levantan un dedo. ¿Será porque usaron la guillotina? … Hay una España noble y sabía, capaz de realizar las más grandes hazañas; sólo hay que hurgar un poco en la historia, por debajo de la capa de arcilla con la que han ocultado nuestras historia, los envidiosos, perversos y anti españoles de adentro ¡Como si no fuera suficiente lo que hacen los foráneos!… 
¡Hay de está España de reyes y curas bobos, y un surtido copioso de violentos y sanguinarios traidores!
¡Don Antonio, qué el cielo nos guarde…, allí nos encontremos de nuevo los dos! Porque ya no aguanto más idiota, perverso y traidor. 
Pido a Dios, con el corazón partido de dolor, que libre a España de ellos; al tiempo que me libre ami de odio y rencor…, pues el castigo, le corresponde a Dios…
¡¡Hasta luego Don Antonio!! 
¡Desde el Cielo por España, ruegue usted también a Dios!